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Viernes Santo de 1916

Hace 108 años, el viernes 21 de abril era Viernes Santo. La cofradía había salido por última vez desde la iglesia de San Gregorio y se había recogido por vez primera en la Real Parroquia de la Magdalena, que desde entonces pasó a ser la sede canónica de la Hermandad. Los pasos se colocaron a la entrada de la cofradía en la nave del Evangelio, en línea con el paso de la Hermandad de la Quinta Angustia, que sería el lugar donde se colocarían desde entonces hasta 1949.

Recientemente ha sido adquirida la fotografía que se acompaña, tomada en los días inmediatamente posteriores al hecho que se narra, y que se ha convertido así en el testimonio gráfico más antiguo que poseemos de nuestra estancia en la parroquia.

Se observa perfectamente el paso de Virgen con el juego completo de bordados (palio, manto y respiraderos) que se estrenaba ese mismo año, obra de Rodríguez Ojeda; además de los antiguos varales y candelabros de cola. A su izquierda, se puede observar el perfil del paso del Cristo: sobre su canasto se atisba la silueta de uno de los ángeles ceriferarios que flanqueaban al Crucificado, con el farol que portaba en la mano; arriba, en la esquina, aparece el brazo derecho del Cristo suspendido de la cruz.
Sería la última vez que saldrían acompañando al Crucificado los referidos ángeles (de factura dieciochesca y restaurados en 1909 por Emilio Pizarro para ser incorporados al paso), ya que con el traslado a la Magdalena serían sustituidos al año siguiente por los que nos cedía anualmente la Hermandad de la Quinta Angustia, obras de Roldán, que pertenecían a su antiguo paso.

Una fotografía, por tanto, que refleja un antes y un después en el devenir contemporáneo de nuestra Hermandad y en la estética de nuestra cofradía.