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Una nueva fotografía del paso de Misterio
(1888)

De sobra es conocido que la Hermandad del Calvario, tras su reorganización en 1886, saldría a la calle por vez primera vez con sus Sagradas Imágenes en un único paso de Misterio el Miércoles Santo de 1888.

Siguiendo la costumbre de la etapa romántica, se trataba de un paso de los denominados “de Calvario”. Se incorporan las Marías Magdalena, Cleofé y Salomé, obras encargadas al escultor Ángel Álvarez, para configurar iconográficamente el misterio del Calvario sobre un paso de estilo neoclásico, al gusto imperante de la época. Estaba pintado de blanco fileteado en oro, con escasa ornamentación constituida por un friso y una cornisa. Unos casetones calados hacían las veces de respiraderos. Presentaba el paso pequeñas dimensiones que oscilaban entre los 2’5 m. de ancho y los 3’3  m. de largo, aproximadamente, con un canasto que medía unos 0’80 m. de alto. Estas proporciones originaban una composición un tanto abigarrada, con las imágenes en torno del crucificado, que sobresalía sobre el conjunto a considerable altura. A los candelabros de guardabrisas, de cuatro luces cada uno, que se disponían en las esquinas del paso se les añadiría con el tiempo unas guirnaldas metálicas de flores que se enroscaban en los candelabros, con el añadido de cuatro pequeños ángeles pasionistas que, dos a cada costado del paso, abigarraban aún más la escena. Se trataba, por tanto, de una composición de tintes románticos, cuyo carácter se reforzaba de forma novedosa por medio de los variados y simbólicos colores de las indumentarias que, sin bordar, se alejaban de las prendas enlutadas que habitualmente lucían la mayoría de las imágenes de la época. No parece, sin embargo, que tal innovación mereciera una general aprobación, por lo que el misterio fue popularmente conocido como “el cromo”.

La aparición de una nueva fotografía -de gran calidad- de aquel paso de misterio nos ha permitido observar con detenimiento todas estas características, y sobre todo contemplarlo con detalle en el interior de la iglesia de San Ildefonso, en el lugar donde se colocaba habitualmente.

Esta nueva fotografía –la quinta que conocemos de este paso- es realmente el original de otra ya muy conocida en la que se había eliminado el fondo con el objeto de aislar y realzar el paso, lo que era una costumbre habitual para la época. No existen, por tanto, diferencias entre ambas más que en el fondo y en la calidad de la imagen. El hecho de que aún no aparezcan en esta foto los señalados ángeles ni las guirnaldas metálicas en los candelabros -que sí se aprecian ya en la foto de la derecha- hace pensar que pudiera tratarse de la primera salida procesional, en 1888.

Para saber más, puedes consultar el artículo que N.H.D. Ignacio Camacho  escribió para el Boletín de enero de 2024. Pulsa aquí para descargarlo.