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Cincuenta años del cambio de formato del Triduo a la Virgen de la Presentación
(1975)

Es habitual en el mundo de las cofradías dar por sentado que las cosas se vienen haciendo igual desde siempre, hecho que no es así. Nuestra corporación en esta semana comienza la dinámica de cultos principales en atención a la imagen titular de Ntra. Sra., y precisamente en este Triduo se van a cumplir 50 años que la celebración de esos cultos cambió su formato.

La idea fue lanzada en un cabildo de oficiales celebrado el 22 de septiembre de 1975 en la Sala Capitular, presidido por el que fuera Hermano Mayor en varias ocasiones, el querido D. Eduardo Camacho López. Al desarrollarse el segundo punto del orden del día, Triduo a Nuestra Señora de la Presentación, se sugiere que haya un cambio de orden en los cultos. Ante la importancia de la propuesta se opta por darse un tiempo de maduración y aplazar la decisión a una próxima junta de oficiales.

Eso ocurriría el 10 de noviembre, explicándose el objetivo y la nueva dinámica. Se va a alterar el orden con la finalidad de que los asistentes a la santa misa continúen en la iglesia durante todo el acto. Los motetes serán entonados durante la Comunión. Una vez finalizada la misa se pasará a la Exposición del Santísimo. Este modelo es el que se sigue en la actualidad, cumpliéndose este año las bodas de oro de tal modificación.

En esta reproducción de una convocatoria de 1971 se puede apreciar la diferencia. En primer lugar iba la misa, sin rosario previo, y con la predicación correspondiente. Una vez terminada la misa, comenzaba el ejercicio de Triduo, Exposición Mayor, Bendición y Reserva.

El ajuste podría provenir motivado porque tras la misa los asistentes no se quedaran a los demás actos del culto. A esto apunta lo contestado a una propuesta de un hermano sobre la inclusión del Rosario, pues se le responde que con la poca asistencia no se le ve sentido. Recordemos que los años 70 no fueron especialmente pródigos en cuanto a la participación en la vida de las Hermandades y Cofradías, por lo que las Hermandades acabarían abriéndose a la influencia del Vaticano II y del Sínodo Hispalense de 1973, cuando les pide que “adapten sus estructuras a las necesidades actuales, renueven sus fines originales de fraternidad y culto, en fidelidad a la doctrina conciliar y a las disposiciones de este Sínodo”.

Hay otras modificaciones que se efectúan a partir de ese año. La primera es la del Traslado procesional de la imagen que actualmente inaugura los actos del Triduo, el lunes de la misma semana. Anteriormente se hacía sólo tras haber terminado el Triduo, desde el altar a la capilla, y se realizaba el martes después de la Función, pues el lunes se dedicaba a recordar a los hermanos difuntos, como en el presente, aunque entonces la misa de réquiem se realizaba a las nueve de la mañana.

También habría modificaciones en el caso del Quinario, pero eso lo dejamos para febrero. 

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